Con una destacada participación, un grupo de adultos mayores coordinados por el Área de Adultos Mayores de la Municipalidad de Gualeguaychú y el Taller de Folclore que dicta el mismo espacio, se sumó a los festejos del 25 de Mayo formando parte del emblemático Pericón más grande del mundo. Esta actividad, ya tradicional en la ciudad, se desarrolló en el marco de una jornada multitudinaria que reunió a más de 35.000 personas en el Parque de la Estación para celebrar el 215° aniversario de la Revolución de Mayo.

Los adultos mayores se prepararon durante semanas para este momento, ensayando coreografías, compartiendo momentos y reafirmando el valor del folclore como puente entre generaciones. Con pañuelos en alto, trajes típicos y mucha emoción, fueron protagonistas de una de las postales más conmovedoras del día, demostrando que la edad no es una barrera para vivir las tradiciones y seguir aportando a la vida cultural de la ciudad.

La gran fiesta del 25 de Mayo comenzó con el discurso del intendente Mauricio Davico, quien dio la bienvenida a todas las familias presentes y destacó el sentido histórico de la fecha como punto de partida para la construcción de la Patria. Luego tuvo lugar el desfile de agrupaciones tradicionalistas, seguido por el esperado Vals de Gualeguaychú y el Pericón más grande del mundo, donde participaron más de dos mil personas.

La jornada continuó con la apertura de 65 puestos y pulperías a lo largo de la avenida José Manuel Estrada, donde estudiantes de colegios secundarios, junto a sus familias, ofrecieron una amplia variedad de comidas típicas como locro, buseca, pastelitos y tortas fritas. Mientras tanto, en el escenario principal de la pasarela de la Plaza de la Estación, se sucedieron presentaciones de música y danzas que mantuvieron viva la energía festiva durante todo el día.

La participación activa de los adultos mayores en este evento no solo fue motivo de orgullo, sino también un ejemplo de inclusión, compromiso y amor por las raíces. Desde la Municipalidad se continúan promoviendo políticas públicas que reconozcan el valor de las personas mayores como portadoras de saberes, historia y cultura viva, protagonistas de una comunidad que se fortalece en la diversidad y la memoria compartida.